Queridas,
Soy Mònica Campoy y vine con mi pareja, Pol, a hacer el curso de preparación al parto el fin de semana del 22 de diciembre 2019.
Os quería dar las gracias por la información tan valiosa que dais, nos sirvió mucho (también lo complementamos con lecturas que nos ayudaron).
Os dije que, fuera como fuera, quería parir con Luci y así lo hice… No fue a Can Ruti estrenando la Casa de Partos (que nos hubiera hecho ilusión) sino en el Hospital de Barcelona, en la sala de Partos Naturales, con la ginecóloga Carme Guasch.
Tuve el parto que deseaba y poder decir esto me hace sentir la mujer más afortunada del mundo. Parí de forma natural, sin anestesia ni fármacos, ni monitorizaciones, ni posiciones incómodas, de hecho mi hija Vera nació en la bañera ante la compañía del equipo del hospital y de mi emocionado compañero.
No me hicieron episiotomía! Recuerdo a Laia Casadevall diciendo: mejor cualquier desgarro que una episiotomía. Tenía muchas cosas grabadas a fuego dentro mío y las quería cumplir.
Luci habló conmigo poco antes del parto, se preocupó para saber cómo me sentía dado que el momento se acercaba. Rompí aguas sábado 14 de marzo a las 5h de la madrugada pero recordaba también lo que nos habíais dicho: no corráis al hospital, quedaos en casa tranquilas, descansad y coged fuerzas… ¡Lo hice! Luci vino a las 20h del día 14 y me dijo que todavía faltaba un poquito y que las contracciones que tenía eran los pródromos. Cené, y entre contracción y contracción intentaba coger el sueño pero a las 2h del día 15 de marzo mi compañero me dijo: nos vamos al hospital (la cosa se ponía más seria). Al coche, el dolor de espaldas y coxis era muy fuerte y al llegar al hospital (el primer día de alarma por Coronavirus) una comadrona me dijo que estaba completamente dilatada. Luci llegó muy rápido, yo sabía que con su presencia tenía medio parto ganado, y después me hizo muy feliz ver a Carme Guasch, a M. Antònia Mendiry, comadrona, y alguna otra doctora y auxiliar que observaban la situación.
La silla, la pelota y la liana no me ayudaban y pedí agua, bañera. Pol, que me conoce, rápido la preparaba mientras yo ya estaba fuera del mundo y me convertí en un animal salvaje que gritaba a cuatro patas mientras notaba que, si efectivamente empujaba iba notando la cabeza de mi hija entre mis piernas. A las 5:20h notaba aquel calor extraño y Vera estaba en mis brazos.
Pol cortó el cordón cuando ya había dejado de latir y Vera no se separó de mí ni un solo momento!
Un parto en el hospital, sí, pero respetado en todo momento y con un equipo maravilloso del que tengo un recuerdo muy bueno.
Os dejo una de las fotos más increíbles que tengo y tendré en mi vida: Luci y yo. Nunca tendré suficientes palabras para agradecerle lo que ha hecho por nosotros.
Gracias Roser y Laia por aquel sábado en el curso de NAC.
Y es verdad, parir es muy intenso y sientes dolor pero teniendo en cuenta que el regalo es un hijo/a lo volvería a hacer sin ningún tipo de duda.
UN ABRAZO
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